13. Edmund Halley NO descubrió el movimiento propio de las estrellas.

Según la cronología histórica oficial, la cuestión sobre la inmutabilidad del firmamento es tan antigua como la propia astronomía. De esta forma, mientras que los astrónomos más antiguos consideraban, o incluso afirmaban categóricamente que la configuración del firmamento era inmutable, eterna, otros posteriormente dejaron lugar a la duda. Y finalmente, no hace tanto por cierto, se demostró que esto no es así, y que realmente está en un lento pero constante cambio, que hace que tras el paso de grandes periodos de tiempo quede totalmente irreconocible. En comparación con la velocidad con la que cambia el firmamento, es más bien la brevedad de la vida humana la que hacía a los antiguos plantearse que de hecho, debía ser inmutable. Cuenta la historia que Hiparco de Nicea, un supuesto astrónomo griego del S. II a.C., pudo llegar a observar con sus propios ojos la aparición de una nova, lo cual le impresionó muchísimo. La aparición de una nueva estrella daba lugar a la